16 de junio de 2014

Testimonio de un alumno universitario


Miedos, decisiones y un poco de Medicina

Cerrar etapas es un proceso vital en cualquier momento de la vida y el hecho de finalizar los estudios secundarios no es algo que se encuentre exento de ello.
A la hora de elegir una carrera la cual, generalmente, será la que nos acompañe durante toda la vida, tendemos a desesperarnos un poco decantando siempre en el tan trillado “hacer lo que nos gusta”. Indefectiblemente esta sería una de las mejores maneras de elegir la orientación la cual no solo designe el trabajo que haremos el día de mañana, sino también aquella que cambie la forma en que vemos el mundo.
Como forma práctica voy a proceder a contarles mi experiencia personal:
Me llamo Iván, tengo 21 años y me encuentro cursando 4to año de la carrera Medicina. Mi decisión de estudiar dicha carrera fue un poco extraña ya que mi deseo inicial no era salvar a la humanidad ni ayudar a los desamparados, como todo el mundo piensa de dichos estudiantes, sino, que mi prima intención era el rubro de la investigación más aun la creación de nuevos medicamentos. Lamentablemente no todo es como uno lo espera ya que la carrera que mejor se orientaba a dichos fines era “Licenciatura en Química” la cual poseía más matemáticas que la que podía imaginar en mi joven cabeza, materia que sin miedo a decirlo, detesto.
Es así que a fines del año 2008 decidí inscribirme en Medicina sabiendo que la misma no poseía ningún tipo de relación directa con matemáticas y que además se amoldaba a la mayoría de mis intereses biológicos.
Considero que al momento de elegir una carrera somos ciegos, ya que lo único que podemos hacer es escuchar opiniones de quienes la cursan o peor aún, comentarios de alguien que “conoce” a alguien que estudia Medicina, siendo estas opiniones de otras personas, las que pueden no relacionarse en absoluto con nosotros mismos.
En fin, si tuviera que hacer un resumen de estos últimos cuatro años de mi vida les diría que Medicina, principalmente, más que una carrera es un arte: en ella no existen reglas inequívocas para una cosa y eso es debido a que no todas las personas son iguales, lo que funciona en una, tal vez no lo haga en otra y viceversa. La dedicación y el ingenio son una de las cosas que tendrán que desarrollar con más vivacidad ya que no todo es lo que parece. Habrá semanas enteras en las que pasen la mayor cantidad del día encerrados estudiando, pero también habrá semanas en las que se encuentren saliendo desde el jueves hasta el domingo sin parar siquiera un día.
Para tratar de calmarlos un poco diría que es una carrera que apasiona y como toda pasión puede llegar a consumirte un poco, pero el secreto está en el “justo equilibrio”, no siempre podremos estar saliendo, pero al mismo tiempo no siempre debemos estar estudiando.
Se encontrarán con cientos de personas que desde el mismo momento en que les cuenten que van a estudiar Medicina les digan: “¿Qué especialidad vas a seguir después?” y esa es una de las cosas en las que más van a cambiar de opinión, ya que Medicina posee múltiples sub-especializaciones incluyendo también el rubro de investigación, del cual me siento muy orgulloso de formar parte abocándome más a mis deseos iniciales de investigar. Es por eso que, desde mi punto de vista, durante el camino, podrán ir viendo cuál es el campo de acción que más les interese.
Como para dar un fin a mi relato personal les diría que el camino que emprenden es largo y como todo largo viaje lo mejor que podemos hacer es disfrutar el paisaje. Habrá momento de gloria y momentos de frustración, no todos van a llegar al final, van a dejar atrás compañeros, materias y actividades, entre otras cosas, pero lo importante es que siempre disfruten lo que hacen y que dejan atrás sus miedos ya que todos, por más expertos que sean estuvieron en algún momento en su lugar.
En fin, más allá de la carrera que elijan, creo que lo fundamental es que tenga ese “algo” que los apasione, que los lleve a amar lo que hacen porque tal y como dice un refrán “Elige un trabajo que ames, y no tendrás que trabajar ni un sólo día de tu vida”

Iván Maximiliano Ruani – Egresado 2008 del IFEI.

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